El vidrio como aislamiento térmico

Los cerramientos tienen como principal función la de actuar como aislamiento térmico de los agentes externos de la edificación. El Código Técnico de la Edificación nos pauta cómo y qué utilizar para realizar los cerramientos. Uno de los materiales es el vidrio.

El vidrio, aparte de ser aislante térmico y acústico, añade luz y transparencia al local. 

El aislamiento térmico es una de las calidades técnicas que aporta el vidrio a la estancia que reviste. Un hermetismo que añade luz, confort y ahorro energético. El objetivo del vidrio debe ser que la transferencia de energía sea lo menor posible debido a la diferencia de temperaturas entre el interior y el exterior del establecimiento a aislar. Para ello hay que tener dos factores en consideración:

  1. El valor U es importante en el momento de elección del tipo de vidrio. Es la capacidad de aislamiento del material. Un cristal con un factor U bajo reduce las pérdidas de energía.
  2. La composición del acristalamiento. Existen tres tipos de acristalamiento: el simple, el doble acristalamiento (ATT) y el acristalamiento térmico reforzado (ATR). El segundo es compuesto por dos vidrios, una cámara de aire y un doble sellado. En cambio el ATR se diferencia de este en que en vez de aire se sustituye por un gas pesado como el Argón.

Los valores de la transmitancia térmica (valor U) varían según la composición del acristalamiento. En caso de los vidrios simples el valor U es de 6W/m2Cº. En el AAT los valores estarán por debajo de 3 W/m2Cº y en caso de estar en un acristalamiento térmico reforzado podemos estar rondando el 1 W/m2Cº.

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