Aluminio: el camino hacia una construcción más sostenible
Hablar de sostenibilidad en el sector de la construcción ya no es una tendencia, sino una necesidad. Materiales, procesos y decisiones deben responder a criterios ecológicos, sin comprometer la calidad ni la eficiencia. En este contexto, el aluminio destaca por su versatilidad, resistencia y, sobre todo, por su capacidad de ser reciclado indefinidamente sin perder propiedades. Así nos lo cuenta Strugal en su blog.
En Dressler, como instaladores comprometidos con una arquitectura más consciente, apostamos por soluciones que combinan rendimiento técnico con bajo impacto ambiental, cuidando cada etapa del proceso constructivo.
¿Por qué importa la huella de carbono?
La huella de carbono es la cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos directa o indirectamente a lo largo del ciclo de vida de un producto o actividad. Estos gases son necesarios para el equilibrio térmico del planeta, pero su exceso contribuye al cambio climático, provocando alteraciones en los ecosistemas, fenómenos meteorológicos extremos y pérdida de biodiversidad.
Frente a esta realidad, el reciclaje del aluminio se convierte en una estrategia fundamental dentro de un modelo de economía circular, donde el objetivo es alargar la vida útil de los materiales y reducir la generación de residuos.
El ciclo del aluminio: de la materia prima a la segunda vida
El proceso comienza con la extracción de bauxita, de la cual se obtiene alúmina, que luego se transforma en aluminio metálico mediante electrólisis. Esta fase inicial es intensiva en consumo energético, por lo que representa uno de los principales retos ambientales del material.
Una vez producido, el aluminio se somete a procesos de extrusión para obtener perfiles, láminas u otras formas adaptadas a la construcción contemporánea. Su ligereza, resistencia a la corrosión y maleabilidad lo convierten en un material muy valorado para fachadas, ventanas y soluciones estructurales.
Cuando estos productos alcanzan el final de su vida útil, pueden ser reciclados de forma altamente eficiente, utilizando solo una fracción de la energía necesaria para su producción original. El proceso incluye recogida, clasificación, triturado, limpieza de recubrimientos, fusión y transformación en nuevos productos.
Ventajas del aluminio reciclado
El reciclaje del aluminio permite ahorrar hasta un 95% de la energía respecto a su fabricación primaria. Este material puede ser reciclado infinitamente sin perder propiedades mecánicas o químicas, y contribuye a reducir significativamente los residuos y la extracción de recursos naturales. Además, los subproductos del aluminio pueden reutilizarse en otras industrias, como la fabricación de asfaltos o cementos.
Emisiones y compromiso ambiental
Según datos de la European Aluminium Association, las emisiones medias del aluminio primario producido en Europa son de aproximadamente 6,7 kg de CO2 por kilogramo de aluminio, muy por debajo de la media mundial de 16,7 kg. Existen además opciones aún más sostenibles, como el aluminio reciclado de bajo impacto, que puede reducir estas emisiones hasta 1,85 kg de CO2 por kilogramo. También el uso de energías renovables en la producción de aluminio primario.
Todas estas soluciones cuentan con Declaraciones Ambientales de Producto (DAP), que ofrecen información transparente y verificable sobre el impacto ambiental del aluminio durante todo su ciclo de vida. Esto refuerza el papel clave que tiene el aluminio en la transición hacia una economía más sostenible, como también reconoce la Asociación Española del Aluminio.



